Sí, llevo ya unos días en los que la apatía se apodera de mí. No estoy triste, no estoy enfadada con nadie en concreto, no estoy generando ningún tipo de odio... Pero no sé. Veo que las vacaciones se me escapan poco a poco de las manos sin haber hecho todavía grandes cosas. O quizá sí que las he hecho y me han sabido a poco, lo cuál es aún más frustrante.
Como me pasa desde hace varios años cuando llega este mes, echo de menos esas cosas que me hacían inexplicablemente feliz cuando era pequeña. Peñiscola y el pueblo. Y no sé por qué, si ninguno de los dos sitios es que sea la ostia en verso. De hecho, odio mi pueblo. Pero aún así, me gustaría estar por allá en estos momentos, con diez años menos. Pasándomelo genial con cualquier chorrada y que mi mayor preocupación sea que en septiembre empieza el curso.
En fin. Quizá después de cenar salga a dar una vuelta para despejarme... Y mañana por la mañana bien prontito, al gimnasio. Y a que me cunda el día. Que estoy harta de estar encerrada sin hacer nada útil.
Apaticaaaa jajajaja que se te lleva la tele!!! Lo del gimnasio suena bien, a ver que tal se te da mañana, que luego te me quejas de agujetas jajaja. Animo y menos nostalgia! la vida se vive mirando hacia adelante, no hacia atras (que si no te metes la leche padre jaja)
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